Todo comienza en 2017, cuando yo a penas tenía 15 años, y en un arrebato adolescente me dio por tintarme el pelo de blanco platino. El resultado de aquello (dejando a un lado el arcoíris de colores que quedó en mi cabeza) fue un cabello extremadamente maltratado y estropeado. Me dijeron que lo mejor que podía hacer era cortármelo todo y empezar de cero. Pero me negué y seguí los conejos de una amiga, que me decía todo el tiempo: "lo que tienes que hacer para que se te arregle el pelo es usar solo productos naturales, sin sulfatos y sin siliconas". Yo, entonces, tampoco sabía lo que era un sulfato o una silicona, así que me puse a investigar al respecto. ​

 

Desde ese momento comencé a leer todas y cada una de las etiquetas de los champús del supermercado en busca de uno que no contuviera los nombres que yo había encontrado por internet que correspondían a los sulfatos y a las siliconas. Investigar sobre estos ingredientes me llevó a toparme con otros, que se recomendaban evitar en otro tipo de cosméticos. Así, de un día para otro, comencé a leer todas y cada una de las etiquetas de todos y cada uno de los productos cosméticos que compraba mi madre, mi hermana o que iba yo a comprar al supermercado. Eso me llevó a, en poco tiempo, acabar memorizando las composiciones de muchos productos y a establecer patrones de ingredientes que se repetían en el mismo tipo de cosméticos. Así que seguí leyendo e investigando sobre ingredientes y productos... hasta el día que me dije a mí mismo: "¿y si compro estos ingredientes que siempre se repiten en los champús, y me hago yo el mío?​

 

Yo era un chico de ciencias. Por aquél entonces estaba en cuarto de la ESO, en una etapa donde la creatividad y la motivación no abundaban, y en un entorno poco favorable (en general). Con los pocos conocimientos de química que me brindaba el instituto y la incipiente comunidad de YouTube de formuladores cosméticos que se empezaba a formar hice mis primeros productos. Al principio todo era un desastre: jabones que no solidificaban, otros que olían fatal, champús líquidos menos viscosos que el propio agua, otros más viscosos que un slime, etc.

 

Pero... poco a poco la cosa empezó a mejorar. Y pensé: "esto te ha salido bien, apúntatelo y que no se te olvide porque a partir de este punto puedes hacer más cosas". Y lo siguiente que pensé fue: "Pf, lo que me ha costado que esto salga bien... lo fácil que sería haber encontrado un tutorial en YouTube donde lo explicaran" (porque, por aquél entonces, quería hacer un gel de ducha, y todas las recetas que habían en YouTube se basaban en coger una pastilla de jabón comprada y disolverla en agua... en fin). Así que dije: "Pues en lugar de apuntármelo y guardármelo para mí, hago un vídeo (que además me gusta grabar y editar vídeos) y lo subo a YouTube, tanto para mí, para poder verlo en un futuro y repetir el proceso, como para algún desconocido al que le pueda ser útil la receta". Y eso hice... subí mis primeros vídeos.​

 

Casi coincidió con la etapa en la que acabé la ESO. Muy frustrado con el sistema educativo y con notas que dejaban bastante que desear, decidí no estudiar el Bachillerato y comenzar a estudiar lo que me interesaba de verdad; me matriculé en una FP de Grado Medio de Operaciones de Laboratorio, en el CIPFP Vicente Blasco Ibáñez, en Valencia. A día de hoy, 6 años después, sigo recordando esa decisión como "La Mejor Decisión de Mi Vida". Conocí a gente muy guay y me topé con profesores increíbles, que de verdad confiaban en mí, lo que me motivó a estudiar más que nunca. 

Acabé el curso con la sensación de haber aprendido MUCHÍSIMO.  Me sentía muy realizado y motivado a seguir, porque mi objetivo desde el principio siempre había sido llegar a la universidad.

 

​Cuando acabé el Grado Medio, estudié el Grado Superior en Química Industrial y el Grado Superior en Laboratorio de Análisis y Control de Calidad. De un día para otro, en Marzo de 2020, llegó la pandemia de la COVID-19, lo que me llevó a dejar en stand-by  uno de los grados y a centrarme en el primero, del cual me gradué finalmente con mención honorífica y ganando el premio extraordinario de calificaciones. La pandemia, y el tiempo libre extra que tuve durante el confinamiento, fue el punto de inflexión por el que dije: "me voy a tomar más enserio el canal de YouTube" y comencé a subir más vídeos y de mejor calidad. A penas tenía 1.000 suscriptores, pero yo estaba muy contento, orgulloso y agradecido con mi audiencia.​

 

En Septiembre de 2020 me surgió una gran oportunidad: colaborar con Jabonarium en #LaPotinguería. Esto me impulsó a seguir subiendo vídeos y me ayudó a crecer en YouTube. También fue la clave para lanzarme a investigar y formular nuevos productos que, con mis propios medios, no me habría atrevido a abordar (especialmente productos de maquillaje). ​

 

A finales del verano de 2021, teniendo ya más de 10.000 suscriptores y estando de vacaciones familiares en Ibiza, Natasha Mendez, CEO de Naato&Co, se puso en contacto conmigo para hablarme de su proyecto empresarial. De un momento a otro, estando a punto de entrar en mi primer año de universidad, tomé la decisión de embarcarme en un viaje de aprendizaje, crecimiento personal y profesional.

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Después de lo que considero un exitoso y fructífero primer año de universidad, compaginado con algo de trabajo, me propuse como proyecto elaborar mi primer curso oficial de Formulación Cosmética. A principios del verano de 2022, cuando a penas había comenzado a planificar el curso y comenzado a elaborar el material, la que había sido mi profesora de Empresa en el Grado Superior, Rosa María Sánchez, se puso en contacto conmigo para hablarme del PROGRAMA FP EMPREN. Gracias a este programa de la Generalitat Valenciana para alumnios y exalumnos de FP, se me conceció el Laboratorio de Química Industrial del CIPFP Vicente Blasco Ibáñez para poder desarrollar ahí mis cursos, talleres y grabar contenido (tanto para el curso como para mi canal de YouTube), además de contar con la gran ayuda y apoyo de Carlos Gómez (profesor de Reactores y Análisis Químicos en el instituto y de Experimentación en Ingeniería Química en la Universidad de Valencia). 

Esta oportunidad me dio la posibilidad de darle una mayor calidad y profesionalidad tanto a mis vídeos del canal como a mi curso, además de la oportunidad de hacer talleres presenciales.

Tras el éxito del primer curso y del primer año como autónomo dedicándome a hacer charlas, tanto de emprendimiento y motivación empresarial como talleres de cosmética para diferentes institutos, me veo sumergido en mi tercer año de carrera a punto de sacar mi segundo curso de formulación: Transformación epidérmica con hidroxiácidos. Un curso que he desarrollado durante meses de trabajo, en los que además me he sumergido en multitud de libros de cuidado de la piel, cosmetología y dermofarmacia, así como en multitud de estudios y artículos científicos para completar mi formación y poder reflejarla en cada palabra de mi curso.